Lunes 06 de mayo 2024

El candidato que desperonizó al Justicialismo

Redacción 25/08/2008 - 01.48.hs

A poco de las elecciones para intendente se hicieron públicas las diferencias entre el peronismo y el tiernismo. Críticas a un postulante que desprecia las raíces de su partido, intenta vaciarlo de contenido y se rodea de un entorno violento que demuestra muy poco apego a la práctica democrática.
NORBERTO G. ASQUINI
La elección del 31 de agosto próximo no sólo ha puesto a prueba a gran parte de la ciudadanía santarroseña. Se llega a esta votación por un hecho nunca antes ocurrido en la capital provincial durante los últimos años de democracia: un gobernante que se mantuvo en el poder por sólo 87 días, que provocó la rebelión de buena parte de la sociedad cansada de sus manejos autoritarios y que fue depuesto por el gobierno provincial que es de su propio partido. Pero no queda todo ahí: el mismo gobernante destituido -Juan Carlos Tierno- se vuelve a presentar en la interna y llega a ser candidato del Partido Justicialista.
A una semana de los comicios, la elección parece estar polarizada entre el PJ y el Frepam. Ante este panorama, uno de los referentes del justicialismo santarroseño y de la Línea Plural dijo lo que pocos dirigentes de ese partido se animan a decir públicamente, aunque lo hacen off the record. Y no son pocos. Sergio Ziliotto aseguró que no va a votar a Tierno porque "no es peronista" y que su sufragio será "estratégico" en defensa del peronismo.
Es un síntoma que un dirigente como Ziliotto haya hablado de su voto. Se puede decir que se jugó políticamente contra el candidato oficial del PJ. En este marco, el núcleo del peronismo no apoya a Tierno y si algunos dirigentes lo hacen, hay recelo en mostrarse haciendo campaña o respaldándolo. Solamente una ortodoxia -cuando no ultraderecha- que tiene más ambiciones que convicciones de cara a futuro de la mano de este candidato, lo sigue y respalda. Enumero: Carlos Aragonés, Exito Gianforte, Roberto Robledo y una pléyade de marinistas -punteros y entre ellos algún diputado provincial-.
Hasta los dirigentes que dijeron que van a votarlo por lealtad partidaria no hacen proselitismo ni se los ve cerca de Tierno. Oscar Mario Jorge, el gobernador, es uno. Otro fue el senador Rubén Marín. Otros le huyen a manifestarse públicamente en los medios a favor de un candidato incómodo y que no les gusta.
 
Dos conceptos.
El análisis de Ziliotto es básico y muy general, pero no deja de ser medular a la hora de determinar hoy, después de tantas sacudidas que tuvo ese movimiento, qué es ser peronista. Dos conceptos básicos blandió el dirigente para demostrar por qué Tierno no es peronista: justicia social y comunidad organizada. Por un lado, el desprecio del postulante por las capas populares demostrado durante su gobierno. Por otro lado, el caos y la violencia que genera con sus métodos autoritarios que está en franca oposición a lo que históricamente postuló el peronismo. Esto a la vista de Ziliotto y varios dirigentes entrevistados que observan a Tierno como el desperonizador del PJ, el postulante que no sólo ataca los pocos núcleos comunes que conserva ese pensamiento político sino también a su esencia.

 

El no peronista.
¿En qué sentido se habla de su desperonización? El desapego a cualquier identificación partidaria es uno. Su entorno es visto con dudas ya que se ha rodeado de personas sin historial político y sin conocimientos para la función pública. Las incongruencias de ex concejales y funcionarios tiernistas durante los fatídicos 87 días de gobierno es una muestra.
Pero las diferencias son mayores. La sufrieron los dirigentes de la Plural cuando en una estrategia equivocada -a vista de los que pasó después- tuvieron que llevarlo como candidato en 2007. Tierno desperonizó al PJ y lo padecieron quienes estuvieron obligados a hacer campaña por él. Es un candidato ajeno a la identidad de ese movimiento en todo sentido: desde relegar su folclore hasta negarse a recibir a quienes históricamente siguieron a ese partido.
Aunque juegue con el sello justicialista, muchos afiliados y seguidores están en contra de su propuesta, como se materializó en la última interna, donde ganó gracias a los independientes y a la dispersión de los votos entre varias listas. Ahora también quedó demostrado en esta última campaña su desaire al peronismo. A pesar de los esfuerzos realizados por los dirigentes del vaciado Consejo Provincial del PJ y de algunos jefes de unidades básicas para que "peronice" la campaña para no perder votos, Tierno se opuso. Observa la imagen del partido como una carga a su figura.

 

Usar el aparato.
Tierno no quiere "pegarse" a ese partido. A ningún dirigente. Usa al PJ como estructura para acumular poder pero no reconoce su historia. Se reafirma en la crítica a los puntos más censurables y flacos de la dirigencia del PJ para decir que representa una nueva conducción, pero lo que muestra deja aún más dudas que las que dice combatir.
Su perfil autoritario desprecia cualquier condicionamiento y apego doctrinario. Su personalismo no construye más que con la figura del que está con él incondicionalmente. Por eso el vaciamiento que quiere hacer al justicialismo y poner en marcha una nueva estructura que responda solamente a él usando el municipio como trampolín.
Ese perfil "independiente" con promesas altisonantes consigue la adhesión de parte de la sociedad y de medios nacionales encandilados con su personaje. Pero no deja de ser más de lo mismo: otro dirigente que busca hacer pie en la comuna para intentar ascender en la estructura partidaria y llegar a ser candidato, tal vez, a la gobernación en 2011 conformando un nuevo aparato: una larga fila de seguidores incorporados en puestos como la "policía municipal" y otros a los que ya ha prometido vacantes en el área social o vecinal. De quedar en manos de Tierno, el aparato partidario sólo cambiará de dueño, no su sentido clientelístico.

 

Poco democrático. 
En todo este juego, Tierno hace gala en lo discursivo de su espíritu democrático, pero en los hechos el desapego al juego republicano es notorio. Es otro de los puntos que muchos dirigentes peronistas atacan, si bien algunos no lo cultivaron demasiado y ahora tienen que sufrir sus consecuencias. Por ejemplo, la falta de diálogo y de lograr consensos es parte de ello. Aunque logre un segundo mandato por decisión popular esto no garantiza su apego a las normas y a las reglas republicanas. Su proceder tiende a desnaturalizar las instituciones, castigar, descalificar o perseguir a cualquier voz disidente, imponer más que persuadir, generar confrontación y desquitarse con sus competidores.
Estas son advertencias que desde muchos sectores se observa con respecto al candidato del PJ. Hasta dentro del mismo justicialismo no se explican la emergencia de tal figura. Tierno, para peronistas y no peronistas, se ha convertido en una pesadilla para la práctica de la democracia dentro de la provincia.
 
 

 


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