Miércoles 15 de mayo 2024

"Amo vivir de la música"

Redaccion 01/05/2024 - 09.51.hs

Los trabajadores de la cultura fueron históricamente “menospreciados” como tales. Muchas veces se escucha la pregunta: “sos músico, pero ¿de qué vivís? ¿de qué trabajas?”. Y la realidad es que los músicos trabajan -y mucho- para vivir de lo que aman y disfrutan.

 

León Gamba tiene 32 años, y desde que recuerda se dedicó a la música… “la primera vez que trabajé de músico fue en el año 2012, cuando fui por primera vez contratado para tocar en un lugar y arreglamos una plata, canté y me lo pagaron. Aproximadamente eran unos 120 pesos en ese momento”, recuerda.

 

Y agrega: “nunca hice otra cosa. Desde que me emancipé de la casa de mis padres, vivo de la música. Y eso que decís del prejuicio, ‘el músico es vago, no labura’, me ha pasado y yo creo que es un prejuicio instalado por la gente a la que no le gusta su trabajo. Quien piensa que el trabajo es algo que se sufre, y como los músicos, en gran parte disfrutamos nuestro trabajo, de lo que hacemos, y obtenemos más allá del rédito económico, toda otra cuestión del cariño del público desde otro lado también. Me parece que por eso es que está infravalorada la profesión”.

 

“Pero hay que decir que esto requiere de toda una preparación, un estudio, una inversión de tiempo dedicado y también de dinero, y mucha responsabilidad a la hora de asumir los compromisos. Uno asume compromisos a veces viajando, manejando los tiempos de la ruta, manejando los tiempos de pruebas de sonido, de técnica. Tenés que ser un poco de todo a la hora de ser músico, sobre todo músico independiente”, aseguró León.

 

Y en esa línea dijo que “no es solo tocar y cantar. Vos sos tu manager, agente de prensa, creador de contenidos, community manager, editor de video y de audio. De repente tenés que patear el córner e ir a cabecear. Pero es hermoso vivir de lo que amás, la música en mi caso, y creo que si es algo que uno se lo propone, se puede”.

 

“Yo no considero haber nacido talentoso. Considero que tuve una inclinación cuando era chico, que mi familia supo darle el lugar. Hay mucha gente que tiene cualidades ocultas y que no son potenciadas. En su momento a mí me gustó la música, fue como un juego para mí, y mi familia supo potenciar esas capacidades. Pero si yo capaz que hubiera decidido, en vez de agarrar la guitarra y ir a estudiar música patear una pelota de fútbol, capaz que hoy sería jugador de fútbol. Capaz un jugador mediocre, pero creo que uno puede ser lo que se proponga”, acotó.

 

Y en ese ‘todos pueden’, León considera que “vivir de la música es posible para todos. Capaz que no sos el mejor cantante, pero podes ser un gran instrumentista. Es una cuestión técnica, si te sentás a estudiar y pasás horas con el instrumento, tarde o temprano lo vas a lograr. Capaz que en vez de tardar tres meses, vas a tardar tres años, pero vas a salir tocando, eso te lo puedo asegurar”.

 

Muchas aristas.

 

León asegura que la música genera muchas aristas para trabajar, además de la posibilidad de ofrecer un recital. “Por ahí uno elige qué hacer para trabajar un poquito más y vivir un poquito mejor. Porque se puede vivir dignamente de la música y de todas estas otras actividades que encierra”, señaló Léon.

 

Y recordó que “cuando les conté a mis viejos que dejaba la carrera que estaba estudiando, que no tenía nada que ver con la música, para dedicarme de lleno a esto, ellos pensaron que yo me la iba a pasar cantando en barcitos y peñas, a las corridas en la ruta tratando de meter dos shows por noche para que me rinda un poco más. Y yo les explicaba que la cultura del laburo que ellos me habían enseñado con el ejemplo, y que ellos habían aprendido de mis abuelos, era la que yo iba a aplicar a cualquier laburo, sea profe de historia, dueño de un kiosco, o músico”.

 

Y añade: “es por eso que trato de esforzarme y levantarse todos los días a tratar de que ese día sea un poquito mejor que el anterior. Entonces ahí les contaba a mi familia que no solamente era salir a cantar con la guitarrita a cuestas a los bares, a los eventos, a las peñas, a los festivales, sino que también desde muy chico me dedico a transmitir, la palabra docencia me inspira un poco de respeto, pero me dedico a transmitir lo que he aprendido musicalmente. Aparte estoy en continua formación, sigo tomando clases de guitarra, de otros instrumentos y de teoría musical”.

 

“Entonces por un lado me dedico eso a la docencia del instrumento y el canto, a transmitirle a gente de todas las edades lo que yo he aprendido, y también la experiencia que he tenido ejerciendo estos conocimientos. Pero además, produzco para mí y otros artistas, acompaño a otros artistas, compongo para otros y de repente también percibo regalías por las reproducciones de mis canciones”, señaló el músico pampeano.

 

Y agregó: “Organizo eventos como la Peña León, como el Patio Folclórico, doy una mano en producción de los shows de otros artistas y ahora estoy a punto de inaugurar mi estudio de grabación, que es como el sueño de cualquier músico me parece, tener un lugar donde jugar primero y ponerlo a disposición de los colegas para que la música suceda”.

 

Lo mejor y lo peor.

 

A la hora de definir lo mejor y lo peor que tiene su trabajo, León señaló que “me parece que lo que más me gusta es lo mismo que no me gusta… Yo soy una persona muy estructurada en un montón de sentidos y este laburo tiene una adrenalina especial, es muy vertiginoso en un montón de aspectos, capaz que un mes ganás una suma de dinero y el otro mes ganás la mitad o un tercio y el otro mes ganás el doble. Entonces tenés que estar con todas las luces, todo el tiempo”.

 

“Yo no me puedo dar el lujo de no tener mi cabeza al 100% enfocada en mi actividad. Uno pasa a ser casi una máquina de laburar, pero a su vez no tiene que perder la sensibilidad que tenemos los artistas. Digo a veces que hago oficina cuando me siento a responder mails o a mandar material, también a componer. Pero a su vez, en el momento en el que me subo al escenario soy un artista, soy sensible y me llegan las cosas de otra manera y expreso las cosas de otra manera”, describió.

 

“Por eso lo que más me gusta es que no es un trabajo estático, que no es todos los días igual, ni arranca todos los días a la misma hora. Por ejemplo los lunes a la mañana no trabajo y la gente odia los lunes, para mí son el momento en el que yo me hago unos mates, estoy en mi casa con mi perro, y sin presiones hago alguna cosa que me quedó atrasada de la semana anterior. Pero quizás el viernes, sábado y domingo estuve laburando a full, tocando en distintos lugares, y disfrutando de mi trabajo”, cerró León Gamba, un laburante de la música.

 

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