1º de mayo: El gobierno embiste contra la clase trabajadora

Por IRINA SANTESTEBAN

En la previa del Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, el gobierno de La Libertad Avanza aprobó en la Cámara de Diputados una ley a medida de los grandes empresarios, que cercena derechos laborales.

Enhorabuena que todavía existan medios gráficos como LA ARENA, que todos los años, en medio de una crisis económica sin precedentes, dediquen al 1 de Mayo un suplemento para su edición diaria.

Como todos los 1 de Mayo, se recuerda a los mártires de Chicago, que encabezaron las luchas obreras por las ocho horas de jornada laboral y en contra de la superexplotación a la que era sometida la clase trabajadora en los EEUU.

Luego de la represión a las huelgas de los obreros en 1886, fueron sometidos a un proceso judicial escandaloso los dirigentes Michael Schwab, Louis Lingg, Adolph Fisher, Samuel Fielden, Albert R. Parsons, Hessois Auguste Spies, Oscar Neebe, George Engel y Louis Lingg. Ese juicio y la lucha posterior de Lucy Parsons, se encuentra plasmado en la novela “El Americano” del escritor norteamericano Howard Fast.

Lingg apareció muerto en su celda el día anterior a su ejecución, mientras que Spies, Fisher, Engel y Parson fueron ejecutados en la horca. Los restantes pasaron años en prisión.

El patriota y escritor cubano José Martí, era en esa época corresponsal del diario La Nación y escribió una crónica memorable sobre esa ejecución.

En homenaje a esos mártires obreros el 1 de Mayo se conmemora en casi todo el mundo como Día del/la Trabajador/a, pero no en los EEUU a pesar que aquellos hechos ocurrieron en Chicago. Para no identificar la jornada con esa lucha obrera y sus ideales socialistas, el presidente Grover Cleveland dispuso que el “Labor Day” (Día del Trabajo) se festejara el primer lunes de septiembre de cada año.

Pobreza.

En el suplemento del 1 de Mayo del año pasado, publicamos el artículo titulado “La clase trabajadora, con poco para festejar”. Dábamos cuenta del fenómeno, nunca antes visto en la historia reciente de la Argentina: trabajadores formales por debajo del límite de la pobreza. En marzo de 2023, ese valor era de 191.000 pesos para una familia de cuatro personas; un año después, según el INDEC, se elevó a 773.385 pesos, registrando un aumento superior al 400 por ciento, mientras que la inflación interanual fue del 287,9 por ciento. Ello demuestra la desproporción de los incrementos en los precios de los productos de la canasta alimentaria, que más incidencia tienen en los gastos de una familia trabajadora. Para no caer en la indigencia, esa familia debería tener un ingreso superior a los 358.049 pesos.

Mientras el pueblo trabajador padece este brutal ajuste, en el otro extremo de la cadena, las empresas alimentarias, muestran ganancias extraordinarias, sobre todo a partir de la liberación de los precios de sus productos, gracias al inconstitucional Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 firmado por Javier Milei, y todavía vigente pese al voto negativo en la Cámara de Senadores. En Diputados, todavía espera su tratamiento …

Resistencia.

A diferencia de lo que ocurrió durante el gobierno del Frente de Todos-UxP, en el cual la CGT no hizo un solo paro, ni siquiera cuando se aprobó el Acuerdo con el FMI, ahora esa dirigencia sindical parece haber despertado. Al calor de las luchas que se vienen dando por abajo, que comenzaron con la resistencia a los despidos y el ajuste en el sector estatal, está en marcha un plan de acciones que comenzó el pasado 23 de abril, apoyando la Marcha Federal Universitaria. Esa movilización fue multitudinaria y convocó a amplios sectores de la sociedad, que colmaron las plazas de todo el país, superando el millón de personas.

Para esta jornada, habrá una movilización al Monumento al Trabajo en Buenos Aires y se replicará con medidas en la mayoría de las provincias.

El próximo 9 de mayo habrá un paro general, y se espera un masivo acatamiento, para contrarrestar el discurso del gobierno nacional que con el coro de periodistas “amigos” (antes llamados “ensobrados” por el propio presidente) alardea de mantener todavía un buen porcentaje de apoyo de su base de votantes.

Ese dato puede ser cierto, como lo es también que el malestar social es creciente, y por ello se multiplican las medidas de resistencia, en particular en el sector estatal, el más afectado por el discurso y el accionar de un presidente que considera al Estado una “asociación criminal”. También entre los trabajadores privados, como metalúrgicos y aceiteros.

Moratoria ¡afuera!

Aunque la ley que cambió de nombre (de “Ómnibus” a “Bases”) es menos ambiciosa que la original, igualmente representa un brutal ataque a la clase trabajadora, al pueblo y a la democracia. Impone una reforma laboral a la medida de los empresarios, pues con el verso de la “generación de empleo” en realidad habrá más trabajo precario. Ataca los salarios porque restablece el impuesto a las Ganancias.

Atenta contra la división de poderes porque le otorga al Presidente facultades delegadas para poder llevar adelante su plan “Motosierra” sin tener que pasar por el Congreso. Desregula la economía, tal como lo hizo con el DNU 70/2023, que elevó los alquileres y liberó los precios, afectando las economías familiares.

Atenta contra los derechos laborales de las mujeres, al eliminar las moratorias previsionales, pues la mayoría de quienes acuden a este mecanismo para compensar años de trabajo no registrado, son ellas.

Con la moratoria previsional, un trabajador o una trabajadora, sin los aportes requeridos por el sistema pero con la edad para jubilarse (60 años para las mujeres, 65 para los varones) puede acceder a una jubilación, que se verá reducida durante algunos años, para compensar esos años de aportes faltantes.

Ahora, sin ese mecanismo de estricta justicia social, porque el responsable de no haber hecho los aportes no es el trabajador sino su patrón/empresario, a esa persona solo le queda acceder a Pensión Universal del Adulto Mayor (PUAM), que se obtiene a los 65 años y es 20 por ciento inferior al Salario Mínimo.

Mujeres.

Un nuevo ataque a los derechos de las mujeres trabajadoras, que seguimos bregando por “igual remuneración por igual tarea” y por el reconocimiento de las tareas de cuidado. Por esa doble/triple jornada que nos afecta, al ser quienes nos hacernos cargo casi siempre del trabajo del hogar, el cuidado de las infancias, las personas con discapacidad y los adultos mayores de la familia, y ello dificulta el acceso a capacitaciones para poder obtener puestos de trabajo de mejor calidad y salario.

Ni qué hablar de que los trabajos peor remunerados y con mayor informalidad, son desempeñados mayoritariamente por mujeres: empleadas de casas de familia, tareas rurales, docencia, salud, etc.

“La eliminación de la moratoria implica que 9 de cada 10 mujeres pasarán a la PUAM que rige desde los 65 años, no se acumula con pensión y es 20 por ciento menor que la jubilación mínima”, sintetizó la diputada Myriam Bregman a través de la red X.

En este 1 de Mayo, volvamos a leer y aprender de los grandes dirigentes sindicales que tuvo nuestra historia reciente. Agustín Tosco en su “Carta a los compañeros” escrita desde la cárcel de Santa Rosa, el 12 de junio de 1969, decía: “Tenemos una inmensa fe en que el Pueblo triunfará … Un aliento ferviente a todos quienes sostienen y practican, sin distingos de sectores, la continuidad de la lucha por el pleno respeto a los derechos económicos, sociales y culturales de los trabajadores y del pueblo en general”.