Fernández, el pibe campeón con Vélez

La felicidad se le nota a simple vista. Entra caminando el predio, saluda a los empleados del club que lo reciben con una sonrisa como quien ve llegar a uno de sus hijos y pisa el césped sintético de la cancha donde el primer equipo realiza los ejercicios físicos de la pretemporada.

"Los chicos están corriendo acá y yo sacándome fotos", dice entre risas mientras posa con una camiseta de Vélez y una pelota entre sus manos ante la mirada de los jugadores.

El escenario es el estadio de La Barranca, allí donde comenzó a dar sus primeros pasos con la pelota entre sus pies, cuando apenas pisaba los seis años. Y la cita es con Manuel Fernández, el pibe pampeano que este año gritó campeón con Vélez -dos veces- y que ayudó a romper una racha de casi 30 años sin títulos en Reserva.

Doblete.

"Fue un año tremendo. Vélez no salía campeón en Reserva hace muchos años. Tal vez no es tan común porque generalmente ganan Boca, River, algunas veces Lanús", analiza Fernández mientras observa el panorama de la calurosa tarde santarroseña. "Vélez siempre saca buenas inferiores pero en Reserva no se estaban dando los títulos. Este año se fue dando y terminamos sacando 14 puntos de diferencia en el primer torneo", cuenta Manu en relación al Torneo Proyección 2023 que el Fortín ganó de punta a punta. "Perdimos solamente el primer partido y después ganamos la mayoría", dice y agrega: "Era un poco raro, porque cuando habíamos sacado la diferencia en el campeonato nos habíamos acostumbrado a ganar y entrábamos a ver por cuánto ganábamos".

"Ya el segundo torneo perdimos en cuartos de final, que era algo que podía pasar porque veníamos de una seguidilla muy buena", cuenta en torno a la Copa Proyección, donde ganó la Zona A con 29 puntos producto de ocho victorias, cinco empates y una derrota, y luego cayó sorpresivamente ante Belgrano por 3 a 0 en cuartos de final.

"La última fue el Trofeo de Campeones contra Independiente, que llegaba como favorito porque venía con más rodaje y de salir campeón. Nosotros no jugábamos hace un mes y siempre se hablaba de ellos, que jugaban bien y que bajaban algunos chicos de Primera", cuenta. "Pero lo pudimos sacar adelante y volvimos a ser campeones de nuevo", dice recordando aquel título.

Inicios.

Fernández dio sus primeros pasos en el Club La Barranca, cuando tenía seis años, y a los trece partió rumbo a Buenos Aires a correr detrás de su sueño. "Fui a jugar los Juegos Epade con la Selección de La Pampa a Bariloche. Ahí me vieron de Vélez, Racing y Boca. Me fui a probar en los tres y tuve la posibilidad de elegir a donde ir", cuenta sobre sus inicios.

"No tuve mucho tiempo de pensar. Tal vez por mi inocencia de adolescente y de saber que era lo que me gustaba. Mis viejos mi acompañaron siempre", dice haciendo hincapié en el apoyo fundamental de sus padres.

Sufrir.

"La adaptación fue difícil. Fui a Vélez y el primer mes, sobre todo, fue muy difícil. Todas las noches era llorar, extrañar y hablar con mi vieja que también lo sufrió", cuenta sobre sus primeros días fuera de su casa. "Costó bastante, pero me ayudó que tuve la posibilidad de que mis viejos vayan bastante seguido. Pero es muy difícil", se sincera.

"También en Vélez hay mucho acompañamiento con psicólogos que siempre ayudan. Fui a la pensión, al instituto que tiene el club porque Vélez está muy bien institucionalmente y eso dejaba más tranquilos a mi papás", cuenta sobre su decisión. "Boca me tentó, no lo voy a negar. Pero Vélez tenía el instituto, la pensión muy bien equipada y con gente que trabaja bien. Además, siempre se habla de las inferiores de Vélez. La decisión fue un poco por ese lado y no me arrepiento", agrega.

Adaptación.

"Me fui a mitad de año y esos seis meses fue difícil tanto en lo mental como en lo físico. En los entrenamientos me sentía cinco marchas atrás de todos. Me costó", cuenta y agrega que en los primeros partidos que jugó, por los nervios y el físico, le costó. "Después cuando arranqué el año con pretemporada me terminé de adaptar", dice.

"La adaptación depende de cada uno también. Yo soy bastante abierto y sociable pero si te cuesta es difícil, porque no la hacen fácil", sostiene. "Por eso ahora cuando llega un chico nuevo trato de ir a hablarle porque a mi no me gustaba estar en ese lugar. Para el nuevo que llega son medios difíciles los primeros días. No te hacen nada porque no son malos, pero cuesta", analiza.

Inferiores y Reserva.

Fernández llegó al Fortín con edad de octava división. Siempre jugando como extremo, llegó a las reconocidas divisiones inferiores del Fortín para comenzar su camino de formación a nivel profesional. "Hice hasta sexta y ahí subí a Reserva a fines de 2021.

"Iba subiendo de vez en cuando en la semana a entrenar con Reserva. Yo tenía 16 años y me parecía un montón. Pero te confirma que estás definitivamente en el plantel cuando te agregan al grupo de Whatsapp", comenta entre risas. Eso pasó, justo, cuando vino a Santa Rosa a visitar a su familia. "Estaba en casa con mis viejos cuando me llegó la notificación. Les mostré y lloraban de alegría", dice mientras su madre lo espera para aprovechar, al máximo posible, el tiempo de vacaciones en Santa Rosa.

Experiencia.

"Este año fue el que coronó todo el camino porque ahora también la Reserva está más vista, televisan los partidos y demás. Incluso el primer torneo lo jugamos en nuestra cancha con gente que es una locura. Son experiencias muy buenas", relata.

Fernández ya compartió entrenamientos con la Primera División, donde se fue interiorizando con la forma de trabajar. "Al ser Vélez, hay muchos chicos que conozco y que compartí algún equipo. Siempre le tengo respeto a los más grandes pero te dan ganas de lucirte y demostrar", dice. Y agrega: "A veces al querer mostrarte es peor. Siempre hablamos que tenemos que jugar como si nadie nos estuviera viendo, pero es difícil porque siempre está esa idea en la cabeza".

"Ahora quiero apuntar a Primera, que hubo cambio de técnico. Se que no es fácil pero apunto a eso, sería el objetivo de este año que arranca", comenta el pibe santarroseño, que el martes ya se sumará nuevamente a los entrenamientos del Fortín.

Tiempo de fútbol y estudio.

Fernández tiene 19 años y hace seis juega en las inferiores de Vélez Sarsfield, donde este año se consagró campeón con la Reserva. Pero no todo es fútbol y, tal vez, sea uno de los tantos ejemplos de que el tiempo se puede dividir entre una pasión y el estudio. "Estoy estudiando de manera virtual, arranqué este año", cuenta el pibe que se hace el tiempo para continuar con su formación. "Lo llevo bien, a veces me cuesta por el tema de los viajes. En los primeros que hice me llevaba la computadora pero es difícil", dice entre risas mientras recuerda alguna que otra cargada. "Es difícil porque por ahí estamos en la concentración, en las otras piezas están todos jugando al truco, y yo ahí estudiando", relata. Y afianza: "Costaba un poco pero la estoy llevando bien. Cuando estoy en mi casa siempre me pongo un tiempo para estudiar".

Fernández ya armó su vida en Buenos Aires. Sus actividades en el club comienzan desde las 7 y se estiran hasta después del almuerzo. "Ahora ya no extraño tanto porque mi vida la formé allá. Mis amigos también se fueron a estudiar a Buenos Aires. Lo que sí extraño es a mi familia, sobre todo a mis abuelos que no pueden ir mucho y el tiempo con ellos hay que aprovecharlo al máximo", sintetiza el pibe.