Viernes 17 de mayo 2024

Cuando Uriburu fue el dueño de La Pampa

Redacción 10/12/2016 - 05.40.hs

El Canario consiguió, en 1966, todos los títulos que disputó. Primero se quedó con la Zona Centro culturalista, después obtuvo el interzonal ante los sureños y cerró la temporada con el interligas ante Pico FBC, en un partido histórico.
El Club Deportivo Uriburu tuvo, hace 50 años, su temporada dorada. Comandado por la categoría de Ricardo Galera y Jorge Salas, y apoyado en un trabajo sólido de equipo, el Canario ganó todo lo que jugó en 1966 y se garantizó un lugar en la historia grande del fútbol pampeano.
Primero fue el torneo de la Zona Centro de la Liga Cultural, cortando la hegemonía que comenzaba a tener el mejor All Boys de todos los tiempos; luego el título general de la Cultural ante los mejores de las otras zonas; para cerrar la temporada con el campeonato Provincial en un duelo heroico ante Pico FBC, el más destacado de la Liga Pampeana.
"Fue algo increíble, superando los cálculos más optimistas. Un equipo humilde, que con esfuerzo y sacrificio de sus dirigentes logró esa hazaña deportiva", recordó Juan Derlis Sánchez al rememorar lo conseguido hace 50 años por un conjunto que, además, había logrado el ascenso el año anterior.
"Un recuerdo para los que no están: Cacho Tarquini, Páez, Lupardo, Cacho Rechimont, Domínguez, etc. Y para los que aún nos acompañan: Quique Monlezún, Barba Rechimont, Rojas, Cabral, Cortez, Fernández, Rulli, Negro Salas y el ídolo indiscutible Ricardo Galera", enumeró Sánchez a modo de homenaje.
Y continuó: "Recordar también a sus dirigentes Cacho Iglesias, Angel Serra, Dito Cañón, Lorenzo Gatti y el 'alma mater' Luis José Barrero. Y los entrenadores Draque, Luis Bustamante, Rómulo Rulli y los suplentes Corti, hermanos Repetto, Bidé, Moya, Tucho...".

 

Primer título.
Deportivo Uriburu había conseguido, en 1965, el ascenso a la Primera División de la Liga Cultural de fútbol, y se iba a transformar en el primer equipo de la historia en salir campeón inmediatamente luego de subir de categoría.
Eran tiempos en los que dominaba All Boys, que había sido campeón en 1963, 1964 y 1965, y amenazaba con continuar con su hegemonía (desde 1967 ganaría once títulos en forma consecutiva). Pero en medio se interpuso el Canario, que realizó una gran campaña de once triunfos, cuatro empates y apenas una derrota (ante All Boys), para quedarse con el campeonato de la Zona Centro.
Uriburu sumó un total de 26 puntos; seguido por All Boys con 25; Campos de Acha y Atlético Santa Rosa con 20; Deportivo Penales con 15; Deportivo Winifreda con 13; Sarmiento con 12; San Martín con 9 e Independiente con 4.
El partido definitorio de esa etapa zonal se jugó el 9 de octubre de 1966, cuando en la última fecha el Canario le ganó 2-0 a San Martín en la cancha de All Boys. Uriburu formó ese día con Cabral; Páez y Monlezún; Tarquini, Salas y C. Rechimont; Fernández, A. Rechimont, Lupardo, Galera y Rulli. Los goles fueron marcados en el segundo tiempo por Carlos Rechimont, de penal, a los 10 minutos, y su hermano Aníbal Rechimont, a los 41.
De esa manera, el Canario gritaba campeón de la Zona Centro por primera vez y volvía a poner el nombre de un equipo del interior en lo más alto del torneo culturalista después de 25 años. El último equipo no capitalino que lo había conseguido era Campos de Acha, en 1941, y anteriormente sólo lo había logrado Atlético Lonquimay en 1935. En el medio hubo equipos del interior campeones (Huracán de Guatraché en 1959 y Atlético Macachín en 1962), pero no en duelos directos ante los elencos santarroseños.

 

Otro más.
Uriburu ya había hecho historia, pero iba por más. En esa época, el torneo de la Liga Cultural tenía un interzonal para definir al campeón anual, y una vez más el Canario mostraría todo su potencial, en ese caso ante Juventud Unida de Alpachiri (campeón de la Zona Centro Sur) y Pampero de Guatraché (Zona Sur).
El triangular, ida y vuelta, se disputó entre octubre y noviembre de ese año, y Uriburu ganó sus cuatro partidos sin recibir goles: 1-0 en Alpachiri con gol de Galera; 3-0 como local de Pampero con tantos de Lupardo, Galera y Monlezún; 5-0 en casa ante Juventud con anotaciones de Lupardo (2), Galera, Fernández y Rechimont; 2-0 en Guatraché con goles de Lupardo y A. Rechimont.
Ese último partido (el 20 de noviembre) fue suspendido promediando el complemento por un incidente entre la parcialidad local y un juez de línea (hoy árbitro asistente), por lo que la coronación oficial de Uriburu se postergó hasta fin de año luego de la resolución del por entonces Consejo de la Liga Cultural.

 

Broche de oro.
El cierre de la temporada estuvo a la altura de lo que fue el año de Uriburu, que se coronó campeón de una especie de Provincial, en el que se enfrentaban los mejores de las ligas Cultural y Pampeana. Esa final interligas llevaba sólo dos ediciones y con triunfos de los santarroseños, por lo que el Canario iba a poner por primera vez el nombre de un equipo del interior en lo más alto de La Pampa.
En 1961, Atlético Santa Rosa se había enfrentado con Independiente de Pico, con triunfo global para el Albo luego de un 3-3 en casa y un 4-2 en el norte. La final volvió a jugarse en 1965, cuando All Boys derrotó a Pico FBC luego de un 2-1 en Santa Rosa y un 2-2 en General Pico.
Corría el mes de diciembre de 1966 y en la tercera edición Uriburu se enfrentaría con Pico FBC, por entonces bicampeón de la Liga Pampeana. El primer choque fue el domingo 25 (día de Navidad) en General Pico, en lo que significó el primer partido oficial que el Canario disputó en esa ciudad. El Decano local se impuso por 3-2 con dos goles de Coronel y el restante de Argüello; mientras que Lupardo y Salas marcaron para Uriburu.
La revancha fue el viernes 30 de diciembre, por la noche, en la cancha de Belgrano de Santa Rosa, donde el Canario ganó 1-0 con tanto de Galera, para igualar la serie y estirar la definición al año siguiente.
La gran final se jugó el domingo 8 de enero de 1967 y quedó para la historia. El escenario neutral elegido fue Colonia Barón, donde Pico FBC impuso condiciones desde el inicio y con tantos de Payero y Argüello en dos oportunidades ganaba 3-0 a los 5 minutos del complemento. Uriburu necesitaba una hazaña más y la conseguiría: descontó Lupardo a los 8; Velázquez en contra de su valla dejó la diferencia en un gol a los 15, y Salas logró el empate a los 41. La definición se estiró hasta el suplementario, durante el que el Canario logró el cuarto (11 minutos) a través de un autogol de Corrales.
Cabral; Rojas y Monlezún; Tarquini, Salas y C. Rechimont; Cortez, A. Rechimont, Lupardo, Galera y Rulli fueron los once iniciales de aquel equipo que consiguió el milagro, cerrando de esa manera una temporada única y hasta ahora irrepetible para el Deportivo Uriburu, que hace 50 años era el dueño del fútbol pampeano.

 

Un campeón bajo la lupa.
Luego de su consagración como campeón de la Zona Centro de la Liga Cultural, Deportivo Uriburu fue "desmenuzado" en una nota publicada en LA ARENA bajo el título "El campeón bajo la lupa". El artículo destacaba a los refuerzos que había sumado el equipo luego del ascenso, mencionando especialmente a Salas y los hermanos Rechimont.
Allí se habla de un equipo "técnico, más que luchador"; con "una gran promesa" como Cabral en el arco; una defensa "sólida" comandada por Carlos Rechimont y Monlezún; un mediocampo con la "fortaleza física" de Aníbal Rechimont y el "ordenamiento táctico-práctico" del Negro Salas; más una ofensiva con las "presencias positivas" de Galera y Lupardo.
Y lo resume así: "Deportivo Uriburu resulta un elenco con fundamentos, de fútbol técnico y, como expresión de capacidad, lo mejor de la zona".

 

La vieja que pone la plata.
Cuando Uriburu jugó en Guatraché por el interzonal de 1966, un dirigente vio que posando junto al equipo para la foto había una mujer (la misma de la imagen de esta página), y no dudó: 'Esa es la vieja que pone la plata'. "Esa vieja era mi madre, hincha acérrima", señaló Juan Derlis Sánchez a modo de anécdota. Y sobre "la plata" que aportaba agregó: "Mi madre sólo ponía las tortas fritas y el agua llovida cuando jugaban de local, pues vivíamos frente a la cancha".

 


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