Chango Spasiuk: “La memoria es la que nos hace parar en el presente”

El reconocido músico presentará un concierto en formato de trío en el Teatro Español de Santa Rosa el próximo 8 de mayo. Spasiuk habló con Caldenia y dejó una mirada actual, como actor de la cultura y ciudadano argentino.

Redacción *

El Chango Spasiuk toca el acordeón como habla. El timbre de su voz es el timbre de un instrumento que es capaz de transmitir lo que pasa en el momento. Cada canción es una proyección de su alma, de su espíritu. Desde hace años.

Alguien, alguna vez, llegó a decir que Horacio Eugenio Spasiuk, ese misionero que nació hace 55 años en Apóstoles, era el mejor instrumentista que dio el país después de Astor Piazzolla. Habla su música, su historia, sus proyectos.

El 8 de mayo estará en Santa Rosa para presentarse, en versión de trío, con Marcos Villalba en percusión y guitarra, y Matías Martino, en piano. Dos músicos fuera de clase que se vestirán para la ocasión.

“Tímbricamente lo que generamos los tres es algo que me encanta”, le confiesa Spasiuk a Caldenia, a una semana de este concierto en el Teatro Español de Santa Rosa.

El músico es, además de un habitante del mundo que le abre las puertas a su arte, un pensador de este tiempo. Desde su lugar y en su espacio, es capaz de tener una visión más acabada del presente, incierto para muchos.

“Lo que no debe faltar es la memoria, la memoria es la que nos hace pararnos en el presente y actuar de una manera más correcta, más acertada. La memoria es lo que necesitamos para cuando llegue el momento en el que posiblemente no haya nada y todo sea destruido”, confiesa en un tono que enciende alarmas.

-¿En qué consiste el concierto en esta versión en trío?

- El concierto en trío es tocar con el maestro Matías Martino en piano, y Marcos Villalba en percusión. Tímbricamente me encanta. El piano es un instrumento maravilloso, en el cual he compuesto gran parte de la música que voy a tocar. Me encanta ir para presentar el repertorio, he compuesto mucha música de cine como El agua del fin del mundo, Los hermanos, Días de sol… el piano es un instrumento increíble. Disfruto mucho de tocar en esta formación que es tan contrapuntística y tan explosiva, con colores tan bellos. Lo que vamos a tocar es gran parte de mi música y algo de la tradición, y algo de otros compositores también. Es un concierto muy íntimo y con texturas sonoras muy bellas. A mí me entusiasma mucho tocar con esta formación.

- En este caso y teniendo en cuenta la enorme cantidad de repertorio del qué disponés. ¿Es un desafío elegir para este formato y gira en particular?

-Más que desafío es una oportunidad de ir en una dirección que me gusta. Por lo general no me han visto tanto tocar así. Cuando presentamos otras músicas, o en Eiké!, estaba el piano pero rodeado de un montón de otros instrumentos. Esta formación en trío es más dinámica en donde hay más improvisación. Cuando somos menos, cada uno tiene que tocar más, dar más y usar todas las herramientas que tiene el oficio. Ahí aparece el oficio de cada uno, y es un formato de trío, como en los tríos de rock o de jazz… esto no es ni rock ni jazz, pero sí es una formación que invita a conectarse con una formación sumamente contrapuntística.

- ¿Cómo podrías definir a tus lugartenientes? Marcos es un as, de años… Matías -que siempre juega con los y las mejores- lo mismo. ¿Por qué con ellos?

- Marcos Villalba es uno de los más grandes percusionistas que tiene la Argentina. Es increíble. Su dinámica, su musicalidad, sumamente explosivo. Es un músico con el que puedo tocar en cualquier lugar del mundo. Muchas veces tocamos en dúo, es sumamente completo, tiene un as en la manga. Toca la guitarra, nos entendemos muy bien y conoce hasta el hueso mi música. Matías Martino es un músico sumamente interesante, viene de la tradición oral pero es un músico académico. Tiene un pie en la formación académica y el otro pie en la formación popular y eso lo hace sumamente interesante. Venimos haciendo juntos un songbook, un libro de partituras con arreglos para piano de mi música, y es maravilloso el conocimiento que tiene de la música popular para llevarla a la escritura en un libro para que alguien de cualquier lugar del mundo se siente a un piano y toque mi música. Es un gran improvisador, conoce mi música porque hace años trabajamos. Es muy lindo el cruce, piano-acordeón-percusión. Lo vamos a disfrutar mucho y ustedes lo van a disfrutar mucho.

- ¿Cuál es -si es que la hay- la fórmula para salir a tocar y a mostrar tu música en un contexto de país difícil para todos e incierto para un segmento tan importante como la cultura?

-Siempre estamos saliendo a tocar, no importa el contexto. Siempre es bueno y necesario salir a tocar más allá del contexto. Obvio que hay momentos del país en dónde la circulación y las herramientas para circular son más accesibles, y otros como éste, más difícil, todo está más trabado, más quieto… con más razón es importante que nos encontremos en espacios públicos, que hagamos música en eventos donde la comunidad se pueda encontrar y se sienta atravesada por expresiones culturales que tienen que ver con nosotros. En estos momentos es algo muy necesario hacerlo, no solo como trabajo sino como necesidad existencial. Siempre hay algo de nosotros que se alimenta y fortalece cuando hacemos música y nos encontramos en el colectivo para celebrar la música que tenemos.

- Días atrás mostrabas a jóvenes acordeonistas, chicos que se vuelcan al instrumento y que tocan con una profundidad hermosa, bella. Parte del proyecto Taco y Suela. Teniendo en cuenta que no es tan habitual verlos… ¿Te ilusiona el futuro, tanto de ellos como del instrumento?

- El proyecto Taco y Suela es como un gesto. A mí me hubiese gustado que mis referentes me hubiesen invitado a tocar más seguido. Era otra manera de relacionarse. De alguna manera soy un referente para muchos jóvenes y doy eso que me hubiese gustado recibir. Venga, toquemos, compartamos un espacio y démonos fuerza mutuamente. Me entusiasma el presente más que el futuro. Los veo potentes, talentosos, estudiosos, responsables. Son muy bellos los jóvenes músicos. En Taco y Suela son músicos de la tradición mía, de tocar chamamé, acordeón, guitarra, de conocer este lenguaje. Me gusta estar en contacto con ellos. Me da fuerza. Me gusta poder enseñar algo y poder aprender algo de ellos. Me entusiasma el presente más que el futuro, lo que podemos hacer juntos. Eso es Taco y Suela, no es pedirles a ellos que toquen mis canciones, sino que nos juntemos a tocar los compositores con los cuales aprendimos a tocar el instrumento en diferentes momentos, cuando yo era niño y cuando ellos eran niños. Es muy lindo encontrarnos a tocar el instrumento o presentar uno que otro proyecto. Lo hago en algunos lugares y ojalá pueda circular más. Taco y Suela es un proyecto que mueve un número de gente más grande, me gusta, está ahí... Un proyecto no anula otros, el abanico de mi música es muy amplio y cada uno de esos aspectos es mi mundo sonoro también.

- Si tuvieras que imaginar los próximos años para tus hijos, nietos, amigos, amigas… ¿qué no podría faltar? Una mesa, un instrumento, un cantor, paz…

- ¡Uf! Lo que no debe faltar es la memoria. La memoria es la que nos hace pararnos en el presente y actuar de una manera más correcta, más acertada. La memoria es lo que necesitaremos para cuando llegue el momento en el que posiblemente no haya nada y todo sea destruido. La memoria es la que nos va a ayudar a reconstruir las cosas otra vez. La cultura de nuestra propia historia, la cultura de nuestro país, la cultura de este lugar del mundo, es la memoria. Ahí es donde tenemos que beber, de esa fuente, y reconstruir si hace falta. Y si no, mantener presente eso, que no desaparezca, que no nos saquen ese conocimiento que es fundamental para nosotros. Yo soy esto, estoy hechos de estas partes, de estas piezas, y de esta manera leo el mundo, actúo en el mundo y de esta manera me expreso en el mundo.

* Caldenia